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El engaño de las máquinas tragaperras

2018-04-07T09:39:39+00:00

En 1977 se legalizaron en España los bingos y los casinos y en 1981 las máquinas tragaperras, consideradas como uno de los juegos con más capacidad para generar adicción. A diferencia de otros países, su instalación no se restringió únicamente a salas recreativas y casinos sino que también fueron permitidas en cafeterías y bares. Esto facilitó que en pocos años se convirtieran en el juego de azar más popular de nuesto país.

El éxito de las maquinas tragaperras reside en que están diseñadas para estimular la conducta del juego. El jugador no es consciente de esta sutil trampa pero si analizamos paso a paso su estructura lo comprobaremos fácilmente.

El diseño de las máquinas tragaperras

Las máquinas tragaperras facilitan el «enganche» de las personas que juegan con ellas porque están diseñadas para asegurar una alta frecuencia de «casi aciertos». Por ejemplo una máquina tragaperras proporciona el premio sólo cuando aparecen tres símbolos iguales, pero cuando aparecen dos símbolos iguales (que suele ser bastante frecuente) el jugador en vez de percibirlo como una pérdida lo percibe como una «casi» ganancia, le da la sensación de que «ha estado a punto de ganar», fortaleciendo así la conducta de seguir jugando.

Los efectos sonoros juegan un papel importante. Cuando el jugador está apostando la velocidad y el tono de la música se incrementa, esto hace que aumente la excitación del jugador y lo estimula a continuar metiendo monedas. Cuando el jugador gana la música cesa, esta intermitencia proporciona la falsa sensación de ganancia constante. Además los premios son en monedas pequeñas que caen de forma estrepitosa en un recipiente metálico, dando la sensación de que la ganancia es más elevada de lo que realmente es.

Otro factor estimulante es la satisfacción que produce el hecho de obtener premio de forma inmediata. Esto unido a que el importe de las apuestas suele ser bajo y las ganancias son relativamente elevadas, hacen que las máquinas tragaperras sean irresistibles para un gran número de personas.

Las máquinas tragaperras tienen una serie de características físicas (música, luces de colores intermitentes…) que las hacen parecer atractivas e inofensivas. Están a la vista de todos, son de fácil acceso, incluso ahora las podemos encontrar en los juegos «on line» en internet. Se empieza con pequeñas apuestas: las vueltas del cafe o el dinero suelto de la compra y aparte de obtener alguna que otra ganancia, logran que pases un un rato divertido.

Pero todo esto son características estudiadas para incrementar la adicción. No podemos olvidar que la maquinas tragaperras son un negocio y aunque nos hagamos la ilusión de que podemos ganar algún que otro premio, al final la máquina siempre acaba ganando.

Lucía Prendes Licenciada en Psicología